Hacía demasiado calor esa mañana, como esas mañanas de verano cuando hasta la respiración te pesa.
Él se levantó y me miró, yo todavía dormía. Después de una ducha rápida me encontró despierta, esperándolo.
-Me voy. ¿Querés seguir durmiendo?- me dijo- Yo hago la revolución y vuelvo.
Seguí durmiendo..
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